Me sigo preguntando.

febrero 8, 2014 § Deja un comentario

A veces necesito leer libros bonitos para no sentirme triste.

Por ejemplo, he tenido momentos en los que necesito las palabras exactas de un clásico. Y es justo cuando los busco desesperadamente en mis repisas que recuerdo haberlos prestado. Ah…

¿Por qué?  Me sigo preguntando…

Por qué. Demonios. Los presto.

(My dear Mr. Darcy, come back to me…)

Yo siempre preferí los juegos de mesa.

septiembre 14, 2012 § Deja un comentario

-Pero mamá, es mi cumpleaños y quiero un Max-Steel. Dijiste que pidiera lo que sea y yo quiero uno de esos.

-No, cariño. Además tú ya tienes uno igual. ¿Verdad, señorita, que es mejor otra cosa?

A mí nunca me gustaron las muñecas, no supe cómo jugar con ellas. ¿No te parece que es muy aburrido que siempre estén sonriendo? Y cuando se suponen que deben llorar, o se van a dormir, o si algo les da mucho miedo… ¿Qué haces? Siempre me sentí confundida cuando me prestaban una muñeca, no se me ocurría algo que decir para que estuviera así de sonriente todo el día.

Por eso siempre preferí los juegos de mesa. ¿Sabes? Así podía jugar con todos mis primos, a los que también les gustaba los juegos de mesa. Era el cumpleaños de mi prima la mayor y entonces tenía un ajedréz nuevo y todos aprendimos a mover el caballo sin que te comiera un peón. Luego alguien obtenía un «Adivina Quién» y prohibíamos preguntar primero si era hombre o mujer.

También me gustaban los plumones. Las crayolas largas que parecen lápices. Hacer dibujos con gotas de pintura VinCi, sopladas con un popote. Y, cuando cumplí ocho años, descubrí una caja de acuarelas junto a mi cama. «Feliz cumpleaños, recuerda que debes usar mucha agua.»

Por eso nunca me gustó jugar con muñecas, me sentía muy sola intentando que sacara la lengua y no solo me sonriera. Mi hermano mayor, en su cumpleaños le regalaron unos patines de línea. Tenía tu edad y me moría de ganas por usar unos patines iguales. Entonces esperé hasta navidad -mi cumpleaños está muy cerca, pero aún así esperé- y valió la pena, porque eramos cuatro primos, mi hermano y yo, esa noche todos fuimos dueños de un par propio de patines. Al día siguiente ya estabamos despiertos muy temprano y fuimos a probarlos. Era muy divertido, es mejor cuando juegas con todos tus primos.

A principios de Marzo, cada año celebrábamos cumpleaños llendo a Reino Aventura. (No, claro que ya no lo conoces, corazón. Ahora se llama Six Flags.) Nos ponían un sello en la mano, un dinosaurio morado, y el día era nuestro. Vamos a la resbaladilla inflable, a las sillas voladoras, a la catarina que está al fondo, no, esperen, Mary se está mareando…

Ya sé que ese muñeco se ve alucinante en su caja de plástico, nuevecito esperándo a que lo saques. Pero él no puede reirse cuando le cuentas un chiste, ni llora porque te caiste. El año pasado, para mi cumpleaños yo pedí visitar a mis abuelos. Porque ya no viven cerca. Hace tiempo que no los veo. Yo solo quería saludarlos y pasar un rato con ellos. En mi cumpleaños pasado, mis abuelos, mis papás y yo fuimos a comer juntos y a caminar por el parque porque creo que era más importante que una muñeca alucinante.

-Mamá, sabes, creo que ya no quiero un muñeco. Mejor llama a mi abuelita y dile que quiero comer un helado con ella en mi cumpleaños.

[La señora me sonrió, no porque le haya quitado 300$ de encima, sino porque tal vez supo que quería llorar. Y me sentí bien, ese niño me veía a los ojos y entendía perfectamente a qué me refería cuando le dije que yo siempre preferí los juegos de mesa.]

Creo que deberías saberlo.

septiembre 12, 2012 § 2 comentarios

-Lavo los trastes a último minuto.

-¿De qué hablas?

-No como cualquier cosa. Tampoco me gusta la pulpa del agua de fruta. Me da flojera cocinar para alguien más. Suelo levantarme muy tarde, a veces no duermo por leer toda la noche. Siempre quiero faltar a la escuela. Compro ropa que no me pongo. No me gusta trapear ni barrer. Me molesta que me digan «ayúdame con algo de la casa».

Y tengo pasatiempos que duran poco. Me gustan las películas de fantasmas.

-No sé a qué quieres llegar con eso.

-Odio los zombies.

Akira n’ Shivak.

julio 23, 2012 § 1 comentario

-Aquí es donde digo «Te quiero mucho» y aquí tú dices «Yo también».

-No es cierto, siempre contesto «Yo te quiero más».

(Que diga lo que quiera, pero a mí me gusta cómo escribe y cómo dibuja.)

Interrupción a las 2am.

julio 10, 2012 § Deja un comentario

-No abras los ojos, alguien está caminando fuera de la habitación. No parece estarnos escuchando, arrastra los pies despacio. Pero no, aún no abras los ojos. Tiene insomnio, está cansado; seguro que tiene los ojos de loco. Quiere irse, escucha cómo respira profundo, necesita estar inconciente ya.

Por Dios, yo tampoco puedo dormir ya. No puedo sabiendo que hay alguien más conciente en ésta casa. «Duérmete ya, duérmete ya» no paro de pensar. Está alargando mi insomnio, de por sí difícil de controlar.

-Sigue caminando, debería tranquilizarse un poco. Hey, está tomando un libro de la repisa. Seguro que con eso se arruya. Pasa una página, luego dos. Está leyendo muy despacio, apostaría que no entiende ni la mitad.

«Ponte los audífonos, sube el volumen, ponte a dibujar. Siéntate en un rincón en el estudio. Siéntete libre de suspirar.» Ya no puedo dormir, y él tampoco. Dile que se vaya, que moleste en otro lugar. Él tiene insomnio; está cansado y no para de caminar.

Lo había notado.

junio 15, 2012 § Deja un comentario

Hace tiempo que lo había notado, «Hace frío» es mi forma de decir «te extraño». Así como «Quiero nadar» significa «necesito ahogarme», «Míra por la ventana» es «déjame mirarte», «Hace calor» tal vez… «Ojalá me muera y no resucite»; y, lo más importante, «Un beso» equivale a «Te quiero, pero soy una cobarde».

También lo había anotado, mira. Soy de esas personas que necesitan escribir cosas en hojas blancas y engraparlas para poder recordarlas. En eso conciste mi memoria larga, en escribir y guardar notas.

Hace tiempo que lo había notado, me gustas por lo tanto no diré nada. Es mi forma de echártelo en cara, vamos, aunque tú y yo sabemos que probablamente no lo haga ni mordiendo una almohada.

Qué esperabas. De mi no esperes nada. Entre realidades y ficciones, lo único constante es mi retirada; «Hasta el alba, a toda marcha».

Pero es lo que yo mencionaba; hace tiempo que lo había notado: ‘Hace frío’ es mi forma de decir «te extraño». Y qué raro, digo…

Hace tiempo que no escribía un «te extraño».

I was so fucking happy yesterday.

junio 7, 2012 § Deja un comentario

Siempre miro por el ventanal en las mañanas y las tardes mientras reparo dientes. Siempre tengo ese deseo de asomarme por la ventana y me de el aire en los párpados. Que se me caigan los lentes, y deba bajar corriendo a buscarlos.

Siempre me distraigo cuando escucho algún piano; me baño con Chopin, camino con Strauss y escribo con el himno nacional. A Tchaikovsky le tocan los días malos, como cuando tengo unas ganas incontenibles de decir en voz alta que lo quiero, pero nunca puedo.

Tengo palabras atoradas en las puntas de los dedos. Siempre tengo el impulso de salir corriendo, tomar un lápiz y garabatear antes de que lo olvide sin remedio. Que qué fue primero, si el punto o la coma, si la vocal o la consonante; si te quise primero o tú fuiste quien comenzó todo esto.

Pero siempre soy yo quien la riego, ya había tomado nota de eso. Siempre soy yo quien se estropea la vida, que complica todo. Que pide dos signos de admiración que encierren el hola en vez de uno sólo.

Que soy yo la que pide a gritos un «Te quiero», pero no sabe cómo obtenerlo.

-I was so fucking happy yesterday, because you answered my message.

[Ja, und danke schön für nichts.]

[Intermedio inesperado]

May 16, 2012 § 8 comentarios

Tengo curiosidad. Desde la creación de … A Tenuë, noté -al final- que ‘tenía’ como 16 seguidores (claro que mi hermana no cuenta). La mayoría es de Twitter. Y me siento mal, no tengo ni idea de cómo usarlo.

En The birdies always says «blah» me sorprendió que existieran seguidores, es decir, ni si quiera lo había hecho tan tan público y ya tenía 18 seguidores. De nuevo, de Twitter.

Y, decía, tengo curiosidad. ¿A qué les sabe leer esto? Es decir ¿Cómo llegaron aquí?

Por estúpido que paresca, espero una pequeña respuesta.

Akira.

Por un momento…

abril 30, 2012 § 1 comentario

Es renconfortante recordar quién eres entre la confusión del mundo. Respirar ondo y recuperar la fé en tu mundo. Sonreir al reconocerte, encontrarte entre la maleza de paja. Por un momento ser feliz porque encontraste una camisa vieja.

Me refiero a no dormir por Peeta Mellark. Dedicarle unos cuantos suspiros, contener otros pocos, estar aliviada porque puede ser feliz por un pequeño segundo.

Me refiero a reconocerme unas noches, las cuales dedico a estar en vela leyendo libros. A sentarme en el escalón del baño, leer a la luz de la débil lámpara y pasar hoja tras hoja hasta el amanecer.

Y me siento bien; me siento estúpidamente segura. Segura de saber que esa persona soy yo; o que así soy, pues. Que no estoy tan perdida y que tampoco soy como los demás me reconocen.

Por que mira, a mí me gustan más los héroes que sudan, que pierden el aliento cuando corren, que se tuercen el tobillo y deben detenerse. Que se deshidratan, que se descepcionan, que dudan unas cien veces y siempre pierden la fé en las personas. Porque suena muy real.

Me refiero a que a mí me dice que no siempre soy esa chica que pone una barrera con el mundo y se pone los audífonos, que no soy tan cerrada, que tampoco soy tan difícil y que no siempre me molestan los ruidos fuertes; que no soy tan dura ni tan indiferente.

Que a mí me gustan las historias que me mantienen despierta toda la noche, pues.

Audífonos en noches así.

abril 7, 2012 § Deja un comentario

Hay noches en las que me gusta irme a dormir con los audífonos grandes, aunque no me pueda rodar a gusto. Poner el electro swing a todo volumen aunque con una sola rallita se escuche a estas horas como la radio del vecino de teatro en vivo. Me gusta sentir la primera fila del concierto a las tres de la mañana.

Hay noches, como ésta, que no puedo dormir entonces pongo música que me provoca baile y cierro los ojos y me imagino personas bailando por mí. O me imagino que diría **** cuando le diga que me gusta tararear el swing.

Hay noches así que me pongo los audífonos grandes, subo el volumen y pierdo el sonido de mi respiración. No me gusta oirme respirar, no me deja dormir. Como el sonido del tic tac de un reloj de pulsera barato -que, bueno, con eso sí puedo dormir-.

Hay veces, como hoy, que pongo música a todo volumen para dormir tranquila y esperar a soñar con algo parecido. Esque no me gustan los sueños del gato del vecino, siempre me como a los pajaritos.

¿Dónde estoy?

Actualmente estás explorando la categoría Uncategorized en The birdies always says "blah"..